PLAYAS DE MIGJORN Y UNA CASA FRENTE AL MAR
Pequeñas calas de arena blanca y ambiente bohemio, azul turquesa y mucha calma.
Situadas al sur de Formentera. Una zona de pequeñas calas de ambiente bohemio, incluso en los meses más concurridos del verano, en las que cada cual encuentra un rincón en el que estar tranquilo para disfrutar del azul turquesa y de la luz.
Photography by @dosmares_ibiza
Text by Daniel Foraster
Son multitud los caminos de tierra que nacen desde la carretera y que, sin pérdida, siempre en dirección sur, llevan hasta las playas de Migjorn. Cada una es diferente y cada una supone una sorpresa. Pequeñas calas de arena blanca esparcidas entre rocas, otras playas más extensas y todo tipo de azules surgiendo de repente a nuestra llegada. Espíritu bohemio a pocos kilómetros de distancia.
Desde la bahía al oeste de Es Cap de Barbería hasta los acantilados de La Mola, algunas de las playas de Migjorn son conocidas por el punto kilométrico en que parte el desvío desde la carretera principal. Y otras por el restaurante o chiringuito a pie de playa al que desembocan esos mismos caminos.
A lo largo de la costa se encuentran conocidos restaurantes de la isla, desde aquellos que ofrecen paellas y platos típicos de la cocina formenterense, a otros que, sin perder la esencia mediterránea, tienen una oferta más innovadora.
También se hallan algunos chiringuitos salpicados por la costa, en los que comer o tomar algo es siempre posible desde la mañana hasta que cae la noche.
El placer de un baño antes del desayuno. El silencio, la soledad, el agua fresca estremeciéndonos y un nuevo día que da comienzo. Un café caliente, tostadas con miel de las islas, una rodaja de melón o sandía de Formentera y una cuantas horas de playa por delante.
El refugio del sol a mediodía, una comida ligera a la sombra de la terraza, adormecernos escuchando el sonido de las cigarras y más tarde una lectura sobre la arena, estirar los músculos nadando a lo largo de la costa y dejarnos caer sobre la arena cansados, satisfechos por el ejercicio.
Una cena en la terraza, un buen vino, una conversación distendida, la brisa marina, las estrellas, el silencio luego extendiéndose poco a poco y la sensación que hemos robado un pedacito de eternidad en nuestras vacaciones. Y mañana más aún.
No hay mejor forma de disfrutar de las playas de MIgjorn que alojarse en una de nuestras casas, villas y apartamentos frente al mar, a pie de playa, a pie de un día a día que recordaremos siempre.
